EVOLUCION HISTÓRICA
Es importante saber que ya en el antiguo Egipto, en el año 3000 antes de Cristo, se prohibía la crueldad con los animales. De igual forma, algunas religiones como el budismo (600 años a. C.) recogían en sus bases el lema de “no matar ni dañar a un ser vivo”.
Es en 1976 cuando se crea el Convenio Europeo de 10 de marzo del Consejo de Europa, donde se recogen las normas mínimas sobre protección de los animales en las explotaciones ganaderas, lo que supone el primer paso en el ámbito europeo para establecer las bases de una legislación sobre el bienestar de los animales. Estas normas son ratificadas por todos los estados miembros de la Unión Europea (España lo firmó en el año 1988).
En 1979, se elabora el Convenio Europeo para la protección de los animales durante el sacrificio. En 1987, un nuevo Convenio del Consejo de Europa para la protección de los animales de compañía, el 21 de enero de 1994, se aprueba una Resolución sobre el bienestar y el estatuto de los animales en la comunidad, por la que se considera a los animales como seres sensibles y no como meros productos agrícolas. En 1998 el Parlamento Europeo adopta la Directiva 98/58/CE, en la que se establecen las normas mínimas para la protección de los animales en las explotaciones ganaderas. Y consecutivamente se fueron aprobando nuevas normas y directrices relacionadas con este ámbito.
En las últimas décadas ha crecido, en las sociedades más civilizadas, un sentimiento de conciencia sobre la protección, el respeto y la defensa de la naturaleza en general y de los animales en particular, convirtiéndose en un asunto de interés para el conjunto de la ciudadanía.
Al mismo tiempo, los estudios realizados sobre las capacidades cognitivas y sensoriales de los animales no han dejado duda sobre la posibilidad de que estos puedan experimentar sentimientos como placer, miedo, estrés, ansiedad, dolor o felicidad. Esto ha generado un importante replanteamiento ético en torno a la posición de las personas frente a los animales.
CERTIFICADO WELFAIR
Welfare Quality® nace como proyecto de investigación europeo llevado a cabo por más de 15 países, desarrollado de 2004 a 2009 para la integración del bienestar de los animales de granja en la cadena de calidad agroalimentaria. El proyecto tuvo como objetivo satisfacer la preocupación social y las exigencias del mercado acerca del desarrollo de sistemas fidedignos de supervisión en las granjas, sistemas de información del producto (trazabilidad) y estrategias prácticas específicas de diferentes especies para mejorar el bienestar animal.
El proyecto europeo Animal Welfare Indicators (AWIN®) sucedió a Welfare Quality del 2011 al 2015 para completar su misión desarrollando nuevos protocolos e indicadores científicos basados en la misma metodología.
En el esquema de certificación en Bienestar Animal Welfair® participaron instituciones nacionales como son el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario (NEIKER) y el Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA).
¿EN QUÉ CONSISTE?
Según la OIE el bienestar animal se define como el estado físico-mental de un animal con relación a las condiciones en las que vive y muere. En las que se busca una garantía de sanidad, confort, nutrición, ambiente seguro y manejo correcto.
La certificación oficial (evaluación, control y seguimiento) se realiza por medio de entidades habilitadas para realizar auditorías de bienestar animal basadas en los protocolos normalizados a nivel europeo. Cada especie animal es evaluada de acuerdo con los protocolos Welfare Quality y AWIN® por auditores expertos en cada especie animal, autorizados y calificados por el esquema Welfair®.
La valoración del bienestar animal llevada a cabo por los protocolos Welfare Quality y AWIN® establece que se deben tener en cuenta cuatro principios básicos:
Las definiciones más pormenorizadas de los criterios de bienestar se describen a continuación:
Tras una evaluación pormenorizada, se obtiene una puntuación que permite conocer el nivel en el que se encuentra la granja y/o el establecimiento auditado. Para obtener la certificación es necesario superar un nivel mínimo establecido para cada caso además de una mejora continua a lo largo del tiempo.
Esta certificación garantiza los requisitos establecidos por el esquema Welfair®, asegurando una auditoría exhaustiva en todas las fases de producción. Avalando ante el consumidor que los animales vinculados al sello han vivido y han sido sacrificados bajo condiciones éticamente responsables de bienestar, conforme a los protocolos establecidos y con la máxima información y transparencia, ASÍ COMO SU PRODUCTO FINAL (Imagen 1).
La mejora continua, el autocontrol y la trazabilidad, son aspectos que también son cubiertos por la certificación, así como el estricto cumplimiento de la legislación europea en bienestar animal vigente en cada momento, u otra equivalente o superior, en aquellos casos en los que localmente exista legislación más estricta.
Importancia de la certificación
Como ganaderos, somos piedra angular en la cadena alimentaria y en la certificación y posicionamiento de nuestros productos. Nos diferencia como imagen al resto del sector, ya que somos partícipes en el reconocimiento de toda la cadena alimentaria que finalmente se certifica.
El mercado actual nos lo exige y tenemos la necesidad de ir en la misma línea.